Notas |
- Francisco Bonifacio Escobar y Pineda.
Nació en mayo de 1688, en Sevilla, Andalucía, España. Fueron sus padres don Pedro Francisco Escobar y doña Margarita de Pineda.
Contrajo matrimonio en Medellín, el 4 de octubre de 1.709, con Ana María Peláez Vélez, hija de Lorenzo Peláez del a Cámara y María Vélez de Rivero Toro.
Murió el 24 de abril de 1.749, en Medellín.
- DON FRANCISCO BONIFACIO ESCOBAR Y PINEDA
Fundador de la extensa familia Escobar en Antioquia. Natural de Sevilla, donde nació en mayo de 1688. Hijo legítimo de don Pedro Francisco de Escobar y de doña Margarita de Pineda. Vino a Medellín los primeros años del siglo XVIII y contrajo matrimonio el 10 de abril de 1709 con doña Ana María Guerra Peláez. Falleció don Francisco el 24 de abril de 1747, dejando de su matrimonio trece hijos, y dejaron numerosa descendencia.
- DE JAIME ESCOBAR G. EN EL TIEMPO (ABRIL 5 DE 1977)
Medellín ***
Señor Defensor Apelo a su columna y caballerosidad para que se digne dar cabida a la presente, protestando por el título de la página de ese prestigioso diario edición del 23 de los corrientes tomada de la crónica de la página 9A, columna Justicia: La guerrilla se escobariza .
Seguramente el cronista ignora que nuestro ilustre apellido -Escobar- hunde sus raíces en la tierra de Campos en Extremadura -España- como lo puede consultar en Las genealogías del Nuevo Reino de Granada por Juan Díaz de Ocariz, recientemente reeditadas, y que se remonta al año 1.253 cuando empieza a conocerse su origen con Don Fernando de Escobar y Doña Sancha de Castañeda.
Fue traido a las montañas de Antioquia en 1700 por el sevillano de origen extremeño Don Francisco Bonifacio Escobar y Pineda, hijo de Don Francisco de Escobar y Doña Margarita Pineda, quien casó en 1.709 en el Valle de Rionegro con Doña María Guerra Peláez, hija del Alférez Real Don Lorenzo Guerra Peláez y de Doña María Vélez de Rivero y estableció su hogar en el cerro de Nutibara, donde procreó una familia de ocho varones y cinco hembras de los cuales descienden los Escobares lanudos de la Sabana de Bogotá, hasta donde llegó el eximio jurista José Ignacio Escobar, figura cimera del Partido Liberal, volteriano, agnóstico patriarca de su causa y su más alta conciencia , según el decir de Luis Eduardo Nieto Caballero.
Lástima que se le haya ido esta gafe al periódico de Eduardo Santos, a quien alguna vez le preguntaron si entre los seres vivientes había encontrado alguno que tuviera las condiciones y cualidades de su padre el doctor Francisco Santos, y contestó sin vacilar: En el doctor José Ignacio Escobar .
La desafortunada publicación también lastima a los descendientes de las familias Escobar Zarda y Escobar Torres, de la señorial ciudad de Tunja; Escobar Olarte, de Mérida, Venezuela; Escobar Arocha, Escobar Ospina y Escobar Alvarado, del Valle del Cauca; Escobar Jibaja, de Popayán, y a todos los que en territorio colombiano ostentamos con orgullo y llevamos como un blasón y un escudo este ilustre apellido de origen extremeño, la cuna de los conquistadores, y no como un baldón, como nos lo quiere endilgar el cronista.
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