Notas |
- De la guia de forasteros:
Primer consul: don Jose Ignacio de Pombo y Ante, quien vive en la Calle de la Factoria, No. 4, barrio de la Merced. Natural de Popayan (1761), hijo de Esteban de Pombo y Lopez, nativo de La Coruña, quien llego a Popayan como teniente de rey y caso con la payanesa Tomasa de Ante Mendoza y Valencia, hermana del conde de Casa Valencia. Hermano de Manuel Antonio y de doña Agustina de Pombo y Ante, es tio de don Miguel de Pombo y Pombo. Despues de estudiar Gramatica en el Colegio Seminario de Popayan continua sus estudios en el Colegio del Rosario, donde estudio Filosofia y Derecho. Se establecio en Cartagena de Indias a los veintitres años de edad y fundo una rica casa de comercio. Casado con doña MarÃa Josefa Amador Rodriguez, hija del rico comerciante gaditano de esta plaza, don Esteban Baltasar Amador. Como diputado del Comercio de Cartagena impulso en 1789, junto con Lazaro Maria de Herrera, la creacion de un consulado para la ciudad. Ha sido consul y prior del Consulado de Comercio en dos ocasiones, asi como alcalde ordinario, regidor alferez real y sindico procurador del Cabildo de Cartagena. Solicito inutilmente en 1795 el titulo de Conde de Pombo.
- De: Mario Pachajoa Burbano
José Ignacio de Pombo, nació en Popayán el 19 de febrero de 1761 y murió en Cartagena de Indias el 16 de febrero de 1815. Hijo del español Esteban de Pombo y Gómez y Tomasa Ante y Valencia. Fue un gran apoyo del Sabio Francisco José de Caldas proveyéndole instrumentos científicos. Fue un notable analista económico y familiarizado con la literatura económica de la época. Contrajo matrimonio con la cartagenera María Josefa Amador y Rodríguez y tuvieron varios hijos.
Arcesio Aragón en su libro "Fastos payaneses" escribió los siguientes párrafos sobre el insigne José Ignacio.
Rara vez habrá sido tan injusta la posteridad con un varón eminente como lo ha sido con don José Ignacio de Pombo, uno de los hombres más sustantivos y preclaros que vieron la luz del antiguo Virreinato de la Nueva Granada; con la circunstancia de que este varón consular, que supo ser grande en medio de una generación de cíclopes, ha sido ejemplo no superado hasta hoy en Colombia de altruismo y generosidad y un paradigma del espíritu público o sea de la dedicación absoluta de toda una vida al servicio de la colectividad social.
Pombo es un ejemplo del genio suramericano. Estuvo algún tiempo en Cádiz; habla todas las lenguas europeas; conoce todas las literaturas del Viejo Mundo y, mérito único en América, educa él mismo sus bellos hijos.
Scarpetta y Vergara describen la suerte de la familia de Pombo durante el sitio de Cartagena en 1815. De los hijos de don José Ignacio murieron allí de hambre Dámaso, Sebastián y Ana. Su último hijo, Fernando, murió en Cartagena en 1867.
Pombo fue una de las más distinguidas personalidades de Cartagena, tanto por la rica familia de su esposa, como por su gran negocio de comercio y por su incansable actividad en favor del progreso, de la navegación, construcción de puertos y canal del Dique, reforma educacionista, paseos públicos y principalmente por todo esfuerzo de adelanto práctico.
Pombo, cuya riqueza iba siempre en aumento había echado una mirada completa en las diversas ideas en los numerosos proyectos que durante casi un siglo habían preocupado los elementos eficientes de la Nueva Granada. Un hombre de gran visión, sobre la quina, la yerba de huaco, el platino y el mercurio. Fue el único comerciante sobresaliente de la época colonial.
Activo agente de la independencia nacional, el señor Pombo no llegó a verla asegurada pues falleció en 1815; las huestes pacificadoras se encargaron de devorar su fortuna y de perseguir a su familia por el crimen de haber sido patriota.
Finalmente, Arcesio Aragón, escribe: "No sabemos en qué forma Cartagena haya perpetuado el recuerdo de este hombre que tanto hizo por el progreso de la perla del Mar Caribe. También Popayán está en deuda con este ilustre hijo suyo; y seria una bella ocasión la del cumplimiento de la cuarta centuria de su vida para hacer algún homenaje a quien así supo engrandecer la fama de la ciudad de Belalcázar.
- En mi condición de Presidente de la Academia de la Historia de Cartagena de Indias, debo felicitar a la señora alcaldesa por las ediciones carácter histórico que viene publicando con motivo del Bicentenario de la Independencia. Así mismo es mi obligación, para efectos de aclarar, mencionar los errores históricos cuando se producen, como el de la publicación "Entre Cádiz y Cartagena de Indias", cuando al referirse el autor, al pariente político de la familia Amador Rodríguez, como fue el ilustrado José Ignacio de Pombo, se equivoca al mencionar su segundo apellido como O'Donnell, cuando fue, Ante y Valencia. José Ignacio, nacido en Popayán y casado en Cartagena con María Amador Rodríguez, hermana del patriota Juan de Dios, fue hijo de Esteban de Pombo y López, español y Tomasa Ante y Valencia, payanesa. Su hermano Manuel fue quien casó con Beatriz O'Donnell, de origen Irlandés, en España, y quien tuvo por hijo a Lino de Pombo O'Donnell quien fuera defensor de Cartagena, primer Ingeniero Civil de Colombia y padre del poeta Rafael Pombo.
(Ver Beatriz Helena Robledo "Rafael Pombo", Vergara Editores 2005, Bogotá).
León Trujillo
C.C.No. 9.059.941 de Cartagena.
- José Ignacio de Pombo
Pombo, José Ignacio de. Popayán (Colombia), 1761 – Cartagena de Indias (Colombia), 16.II.1812. Comerciante, economista y político.
Nació en Popayán, hijo de padre español y madre criolla, y en su calidad de noble vistió la beca del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario en Santafé, capital del virreinato de Nueva Granada, donde estudió Derecho y Filosofía. Contrajo matrimonio con María Josefa Amador, dama cartagenera miembro de una distinguida familia de comerciantes de origen español, con quien tuvo descendencia. En 1780 se radicó en Cartagena de Indias, donde se dedicó al comercio. Se integró en el importante gremio de comerciantes al por mayor que traficaban directamente con Cádiz y formó parte de la clase dirigente de la ciudad, la más rica del virreinato. Sus negocios fueron muy exitosos y reunió una considerable fortuna.
En 1803 calculaba que había pagado al fisco más de 120.000 pesos en derechos de importación.
En 1807 hizo un préstamo al Gobierno de 4000 pesos, valor sólo igualado por cuatro o cinco comerciantes más, entre los cuales se contaba su cuñado, Juan de Dios Amador, quien fuera después presidente del Estado Soberano de Cartagena.
Entre los años de 1787 y 1798 ocupó los cargos de regidor alférez del Cabildo, alcalde ordinario de primer voto, juez de gremios y comisario. En 1789 apoyó y logró la apertura para la navegación del río Atrato, hasta entonces prohibida, y encabezó el grupo de comerciantes que solicitaron al Rey el establecimiento de un consulado de comercio en la ciudad, petición que fue atendida por el Monarca mediante Real Cédula de 1795. Desde la creación del consulado formó parte de él y fue uno de sus más activos miembros. Ávido estudioso del pensamiento económico de su época, poseía extensos conocimientos sobre el tema. Estaba familiarizado con Adam Smith, con cuyos postulados se identificaba, D’Alambert y Necker, y conocía los escritos de los ilustrados españoles Campillo, Ward, Jovellanos, Campomanes y Floridablanca. Sus estudios sobre la economía, el comercio, la industria y el contrabando, y sus propuestas para incrementar la producción y erradicar el trato ilícito, presentados al virrey o a la corporación consular, constituyen los testimonios más importantes que existen sobre la situación económica del virreinato a finales del siglo xviii. Entre ellos, se conocen de su autoría el Informe del Real Tribunal del Consulado de Cartagena de Indias al Sr. Virrey del Reino sobre el origen y causas del contrabando, sus perjuicios, los medios de evitarlo, y de descubrir los fraudes (1800), el Informe al Consulado de Comercio de Cartagena de Indias sobre asuntos económicos y fiscales (1807), el Informe del Consulado de Cartagena al virrey (1810), y las Noticias varias sobre las quinas oficinales, sus especies, sus virtudes (1814).
Fue elegido miembro de la Junta Suprema de Gobierno, que se formó en Cartagena en 1810 a raíz de la prisión de Fernando VII, y firmante del reconocimiento de las Cortes españolas. Sus recomendaciones sobre economía, entre ellas la libertad de comercio y la supresión de varios tributos, fueron plasmadas por la Junta en normas de obligatorio cumplimiento. Formó parte del grupo de aristócratas partidarios del reconocimiento del Consejo de Regencia. No obstante, cuando el 11 de noviembre de 1811 la mayoría de la Junta, apoyada por los estamentos populares, desconoció al Consejo y declaró la Independencia Absoluta de España, se integró en el Estado Soberano de Cartagena, en cuya organización administrativa y legislativa participó activamente. Aunque muy enfermo, fue elegido para la Convención que expidió la Constitución, participó en la elaboración de la Carta Magna y fue el encargado de su revisión final. Su fallecimiento ocurrió poco tiempo después, el 16 de febrero de 1812.
Obras de ~: Informe del Real Tribunal del Consulado de Cartagena de Indias al Señor Virrey del Reyno sobre el origen y causas del contrabando, sus perjuicios, los medios de evitarlo, y de descubrir los fraudes, Cartagena de Indias, 1800 (en J. O. Melo, José Ignacio de Pombo. Comercio y Contrabando en Cartagena de Indias, Bogotá, Procultura, 1986); Informe al Consulado de Comercio de Cartagena de Indias sobre asuntos económicos y fiscales, Cartagena de Indias, 1807; Informe del Real Tribunal del Consulado de Cartagena de Indias al Señor virrey del Reino, Cartagena de Indias, 1810 (en S. E. Ortiz, Escritos de dos economistas coloniales, Bogotá, Banco de la República, 1965); Noticias varias sobre las quinas oficinales, sus especies, sus virtudes, Cartagena de Indias, 1814.
Bibl.: S. E. Ortiz, Escritos de dos economistas coloniales, op. cit.; J. O. Melo, José Ignacio de Pombo. Comercio y Contrabando en Cartagena de Indias, op. cit.
Adelaida Sourdis Nájera
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