Notas |
- De JOSÉ NIETO IBÁÑEZ - Historiador - Sevilla, España
Extracto:
"7. A pagar al Tesoro del Distrito, vencido el 2do año del privilegio, las siguientes anualidades?: 50 pesos al 3er año; 75 pesos en el 4to año; 100 pesos en el 5to; 150 pesos en el 6to año; 200 pesos en el 7mo año; 300 pesos en cada uno de los últimos 5 años?. El privilegio caducará si se deja de producir hielo durante 30 días consecutivos (sin excusa válida)..."
.- ¿Qué te parece?
.- ¡No está mal!-le expresó don Venancio. En mi opinión es de fácil observancia. Espero que lo cumplas. Ya verás como te mantienen ese privilegio.
.- ¡Es sólo por doce años!
.- ¿Y te parece poco? En ese lapso te volverás muy rico; podrás invertir en otros rubros?
.- ¡En minería, me gusta la minería!-le dijo entusiasmado?
Al día siguiente, antes de las diez de la mañana, el capitán García se presentó a la farmacia de don Eusebio. Venía dispuesto a establecer una sabrosa tertulia con el connotado galeno.
Se sentaron los tertuliantes en el espacio que hacía las veces de sala de la farmacia, dejando, eso sí, la puerta abierta de para en par, pues el calor era mucho. Además, de esta manera don Eusebio podría ver a sus dos hijas que vivían al frente, es decir, en la acera occidental de la calle Real y mirando un poco diagonalmente hacia la carrera o callejón de Policarpa.
El capitán, después de encontrase cómodamente sentado en una mecedora hecha de madera y pajitas en el espaldar y en el fondo, a la vez que comenzaba a mecerse con moderación, le espetó a don Eusebio:
.- Pero, no puede usted quejarse de la vida.
.- ¿Por qué, mi querido capitán?
.- Es usted un hombre rico?
.- ¿Y cómo lo sabe usted?
.- Es fácil adivinarlo, pues además de esta farmacia, donde estamos tertuliando, tiene usted además esas dos casas, al otro lado de la acera.
.- ¡Son de mis hijas! Las del frente son de Concepción y de Adelina. Las otras que están construidas sobre la carrera del Banco, de Carlota y Pabla Bienvenida. Tengo además, la nuestra, la que habito con mi esposa y mi hijo mayor y, finalmente esta farmacia de la cual saco mi sustento.
.- Pero, tengo entendido que existen otras casas. ¿No es verdad?
.- Así es, mi querido capitán. La otra queda en la calle del Camposanto con el callejón del Alba. Allá tengo por vecino a don Juan de la Cruz Llamas, por el lado Norte.
.- ¿Pero en cuál acera queda?
.-En la Oriental. Y como le decía, en toda la esquina del callejón del Alba o carrera de Stuard, por el Norte, vive mi amigo Juan de la Cruz Llamas.
.- ¡Ése debe ser un familiar de Demóstenes Llamas!
.- ¡Por supuesto que sí! Entonces, al Sur, reside mi otro buen amigo, Alejandro Noguera y hay otra casa que es de Joaquín Núñez. Y por todo el frente de esa casa, la cual la tengo alquilada, vive nadie menos que doña Josefina P de Mier. ¡En la acera Occidental!
El capitán se le quedó observando con detenimiento y después de unos segundos en que parecía que ni siquiera respiraba, le volvió a insistir:
.- ¿No tiene usted ninguna otra? Y Don Eusebio con toda su cachaza le contestó:
.- Pero bueno? ¿Es esto un interrogatorio?
.- ¡Claro que no! ¡Es simple curiosidad de mi parte!
.- Bueno, tengo 4 viviendas más sobre la calle de Las Flores, muy cerca del camposanto. Y en cuanto a mis propiedades rurales, tengo dos potreros. Uno se llama ?El Gas?, el cual queda en el camino de los Hobos y el otro entre los caminos de Sabanilla y Camino Nuevo. Tengo además, la posesión de ?La isla del Sapo?, en el río Magdalena, cerca de Sitio Nuevo, que tiene alrededor de 82 hectáreas. Además, una media acción en la isla de Carabaño.
.- ¡Estupendo! ¡Ya se está pareciendo usted a don Esteban Márquez!
.- ¡Nada de eso! Pero, dígame de usted algo. ¿Qué propiedades tiene?
El capitán se paró un momento y dio algunos pasos alrededor de su contertuliano y le dijo:
.- ¡Sólo poseo una casa, sobre la calle Santander! Se la compré a un buen señor de nombre, José de los Santos Camargo, hace un par de años y por la no poca cantidad de 240 pesos; pero la estoy vendiendo. Por ahí estoy ofreciéndola al señor José Agustín Glen, pero le parece que se la vendo muy cara.
.- ¿Cuánto pide usted por ella?
.- ¡480 pesos!
.- O sea que pide usted el doble.
.- ¡Pues sí! Pero, recuerde la inflación que estamos sufriendo a raíz de esta pasada guerra. Además, tengo planeado regresar a Cuba para principios de los 90, pues deseo que mis hijos nazcan allá.
.- ¿Se marcha usted para La Habana?
.- ¡Nada de eso! Voy a regresar a Manzanillo, lugar donde nací, pero mi verdadera intención es establecerme en la sureña ciudad de Cienfuegos. Además, tengo varios negocios en la isla y hasta un título nobiliario heredado de mis antepasados. ¿Sabía usted que soy El Marqués de la Vega?
.- No, no lo sabía. De todas maneras? ¡Lo echaremos de menos! Pero, yo tenía entendido que usted es viudo.
.- ¡Lo fui! Verá usted, don Eusebio. Yo estuve casado dos veces. La primera mujer me dio 3 hijas. Ella era cubana, pero vivía aquí en Barranquilla y su apellido era Izaguirre. Luego que enviudé, regresé a Cuba y allá me uní a mi cuñada, más que todo para que me ayudara a criar a las niñas. Volví a enviudar y entonces dejé a las nenas con sus abuelos y me vine para Colombia, con un contrato para la construcción del ferrocarril del Magdalena, pues, además de capitán de barcos, soy ingeniero constructor, graduado en Houston, Texas.
.- ¡Caramba! ¡Qué interesante! ¡No sabía que fuera usted ingeniero!
.- Bueno, allá en Santa Marta, por medio de un amigo, conocí a la mujer con quien estoy casado en la actualidad. Ese amigo, cuyo nombre me reservo, viéndome tan afligido por la muerte de mi segunda esposa, me dijo que habría de presentarme a una muy importante familia que tenía 10 hijas; que yo podría escoger una de ellas. Así que me decidí por la que me pareció más bella y además, la más joven: Gilma Raquel Senior?
.- ¡Ajá, pero ésa es una buena familia! ¿No es verdad?
.- ¡Sí, claro! Como le dije, es una de las 10 hijas que tuvo el matrimonio de Don David H Señor y Matilde Arana.
.- ¿Ese señor es familia de don David J Senior?
.- Son parientes. Es la misma familia. Son de origen judío. David H. Senior, el papá de mi mujer, es nacido en Curaçao. Es hijo de Abraham Senior y Doña Raquel Calvo. Todos ellos son de religión israelita. Ya usted debe saber que los Senior vinieron a través de Curaçao.
.- ¿Y cómo se llama la mamá de su esposa?
.- Ya se lo dije: Matilde Arana. Ella es nacida en Santa Marta.
.- ¿Judía también?
.- No. Ella pertenece a la religión protestante. Su padre era el señor Camilo Arana y la madre: Carmen Torregrosa.
.- ¿Se casaron en Santa Marta?
.- No. Nosotros nos casamos en Barranquilla, ya que sus padres se habían mudado para acá.
.- ¿Y lo del ferrocarril?
.- Lo dejé. Preferí venirme para esta progresiva ciudad y trabajar como capitán de barco.
.- ¿Y qué hacía usted en Cuba?
.- Allá fui primer oficial en la marina mercante; aunque después adquirí el título de capitán. Todo ese avance rápido en mi carrera tuvo que ver con el hecho de mis estudios de ingeniería en Houston, Texas.
.- ¿Y cuándo se casaron? Quiero decir, en qué fecha.
.- ¡Don Eusebio! ¡Parece que el chisme le entretiene! ¿No es cierto?
.- ¡Curiosidad! ¡Pura curiosidad, mí querido capitán!
.- Le diré que fue el 21 de agosto de 1878. Nos casamos en la Notaría Primera? Precisamente hace unos días celebramos el séptimo aniversario de bodas.
.- ¿Y no tienen hijos?
.- No, porque como ya le expresé, tengo planes concretos de regresar a Cuba a partir del año 90, no sólo con el objeto de arreglar algunos negocios en la isla, sino para radicarme en Cienfuegos y que mis futuros hijos nazcan allí. Pienso tener unos diez, por lo menos?
Don Eusebio se le quedó mirando con curiosidad y fastidio a la vez, pues la conversación no había tocado temas de actualidad. De manera que le propuso continuar al día siguiente, después que él volviera de la misa de 10 de la mañana; pero ni siquiera se atrevió a invitarle a asistir juntos al culto, pues sabía que no le aceptaría.
Finalmente, se despidieron con un apretón de manos y el capitán se dirigió casi corriendo a su casa para degustar de su infaltable sancocho del fin de semana. A fin de cuentas, las cosas entre él y su mujer, se habían arreglado para bien, ya que él, esta vez sí, pensaba mantener la promesa de suavizar un poco su carácter explosivo; de ahora en adelante, sería un marido cariñoso y ejemplar en todos los aspectos de la vida.
- De Franco Cabrera en Facebook, La informacion del matrimonio de David y la familia Arana.
Los datos de los Hijos de David son de Luz Marina Forero. Vice Consul de Holanda en Santa Marta en 1873. Mason.
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