Notas |
- Testigo en blanco y negro:
Especiales Melitón Rodríguez captó con su lente cómo Medellín pasó de aldea a ciudad. Su riguroso trabajo como fotógrafo es un invaluable testimonio de un cambio de siglo convulsionado.
Juan Luis Mejía
Al momento de celebrar el fin de la guerra de 1862, el coronel Cipriano Rodríguez murió en plena plaza principal de Medellín, víctima de un disparo de fusil que le propinó un soldado renuente a entregar las armas. En París, su hijo Ricardo Rodríguez Roldán quedó en serias dificultades económicas. Para poder sobrevivir y culminar los estudios de medicina debió realizar trabajos humildes como ayudante de picapedrero en las marmolerías que surtían de lápidas el cementerio de Père-Lachaise o colaborador en estudios de fotografía, en auge en esos momentos debido al éxito de la 'tarjeta de visita'.
Al regresar a Medellín encontró a su hermano Melitón Rodríguez Roldán sumido en la pobreza. Decidió enseñarle el oficio de talla en mármol que ofrecía buenas perspectivas económicas debido a la reciente apertura del Cementerio de San Pedro. El taller de marmolería de don Melitón pronto se convirtió en un centro cultural de la ciudad, pues además de tallar lápidas y preparar entierros, se discutía de arte y literatura. Fuera de lo anterior era el epicentro del movimiento espiritista de Medellín.
En 1885 llegó a casa de Melitón, procedente de Yarumal, un joven pariente llamado Francisco Antonio Cano. Tenía la intención de proseguir a Bogotá para adelantar estudios de pintura, pero la guerra de 1885 le obligó a permanecer en Medellín. Durante cinco años vivió en la casa de sus parientes. Allí encontró hospitalidad y la complicidad de una alma gemela: Horacio Marino, el hijo mayor de don Melitón.
Las habilidades innatas del joven Cano le permitieron colaborar en las labores propias del taller de marmolería y pompas fúnebres. Por ejemplo, en una de las ofertas promocionales, a quien contratara un entierro, se le encimaba el retrato del muerto elaborado por Cano. También en el taller se reparaban paraguas, se marcaba cristal y se ofrecían clases de dibujo y pintura. Estas últimas eran dictadas por Horacio Marino y el propio Cano y a ellas asistía el hijo menor del marmolero, Luis Melitón.
En Medellín la fotografía se conocía desde 1848 cuando Fermín Isaza abrió en la pequeña población el primer taller de daguerrotipia. Durante las décadas del 60 y 70 del siglo XIX el mercado fue dominado por el gabinete de los hermanos Vicente y Pastor Restrepo. A fines de la década de los 80, los más importantes fotógrafos eran Emiliano Mejía y Gonzalo Gaviria, quienes habían estudiado en París.
En 1889 Horacio Marino Rodríguez y Francisco A. Cano decidieron diversificar las actividades de la marmolería y, en un local contiguo, abrieron un gabinete fotográfico denominado 'Cano y Rodríguez'. La instrucción en el arte de la fotografía estuvo a cargo del doctor Ricardo Rodríguez, quien les trasmitió los conocimientos adquiridos durante sus años de estudiante.
Cano sabía que su destino estaba en el arte y a partir de 1891 se dedicó exclusivamente a la pintura, sin dejar de estar cerca de su familia adoptiva. Además el negocio requería capital, pues con los modestos equipos que poseían no era posible enfrentar la competencia de Mejía y Gaviria. En 1892, Horacio Marino busca a Alberto Jaramillo G., quien inyectó capital para ampliar y modernizar el estudio y se convirtió en socio capitalista. A partir de entonces la fotografía operó bajo el nombre de Rodríguez y Jaramillo.
Durante toda la vida activa la fotografía Rodríguez fue un típico establecimiento artesanal familiar. En la primera época el fotógrafo jefe era Horacio Marino, la revelación y las copias en positivo las realizaba Luis Melitón y el retoque lo efectuaba Rafaela, una de las cinco mujeres de la familia.
Al promediar la última década del siglo XIX ya los equipos se habían aligerado y las placas eran mucho más sensibles. Ello permitió a los fotógrafos salir a las calles y ser testigos del vertiginoso cambio que estaban sufriendo muchas ciudades americanas. Con una de esas fotos de exterior titulada Los zapateros, la fotografía 'Rodríguez y Jaramillo' obtuvo la medalla de plata en un concurso convocado por la revista Luz y Sombra de Nueva York en 1895. Poco después, los hermanos deciden independizarse y pagar la parte correspondiente al socio capitalista. En adelante el gabinete se denominará 'Rodríguez Hermanos'.
Pero Horacio Marino era un hombre inquieto y el oficio de fotógrafo empezó a serle monótono. Buscaba nuevos medios de expresión. En 1896 decidió promover la edición de una revista ilustrada y para ello invitó a su hermano espiritual, Francisco A. Cano y a su concuñado Luis de Greiff Obregón (el padre de León y Otto de Greiff). Entre los tres fundaron El Repertorio Ilustrado, primera revista de este género que se publicó en Antioquia. Los grabados eran realizados por Cano y Francisco A. Maya con base en fotografías obtenidas por Rodríguez. Allí apareció también el primer fotograbado.
Para 1897 Horacio Marino consideraba que su ciclo de fotógrafo había concluido. Pero hombre visionario y de gran disciplina, antes de dejar el oficio publicó el folleto titulado Dieciocho lecciones de fotografía, el cual se convirtió en su testamento fotográfico y primer texto teórico sobre fotografía escrito por un colombiano. En 1903 funda la firma de arquitectos 'H. M. Rodríguez e hijos' activa hasta 1973.
Entonces, Luis Melitón Rodríguez Márquez asume toda la responsabilidad de la empresa fotográfica. Tenía 22 años. Desde los 14 había estado vinculado al estudio y conocía todos los secretos del oficio, adquiridos por las enseñanzas de su hermano y por la práctica cotidiana del oficio.
El fragmento de diario que se conserva, escrito en 1907, es un ejemplo de constancia y búsqueda de perfección. Es además un valioso texto para conocer las vicisitudes económicas en las cuales laboraba un artesano de principios del siglo XX. Al concluir cada jornada, Melitón anotaba en su diario las actividades realizadas, los experimentos con luz solar y diversas fórmulas químicas, así como los resultados económicos, casi siempre deficitarios. Luego se calificaba en una escala de uno a cinco. Hoy nos asombra confrontar la calidad del trabajo con la rigurosidad con la cual se autocalificaba.
Dos son los valores que han permitido la trascendencia del trabajo de Melitón Rodríguez. El primero reside en la calidad de sus retratos. Es bueno recordar que desde los 13 años había realizado estudios de dibujo y pintura con Francisco Antonio Cano y que desde la más tierna infancia había vivido rodeado de un ambiente fértil para el arte. Poseía, por tanto, los conocimientos básicos de la formación académica en lo relacionado con la composición, la perspectiva, el juego de los contrastes, el manejo de las proporciones y los efectos de la luz y las sombras. Todos esos elementos aplicados a la fotografía, constituyen las características del estilo denominado "pictorialista". Esa estética se acomodaba perfectamente a los ideales de una incipiente burguesía, de una sociedad en tránsito de lo rural a lo urbano, de una clase social que intentaba consolidarse copiando modelos europeos. En los retratos de Melitón se refleja la primera generación de empresarios, satisfechos de exhibir sus nuevos símbolos de poder: el frac, la leontina, el cubilete. En aquellas fotografías de grupos familiares, se reafirma la primacía de los nuevos apellidos que han alcanzado la jerarquía industrial y bancaria.
El otro valor lo constituyen las fotografías de exterior. Melitón supo captar intuitivamente el tránsito de la aldea en ciudad. Su trabajo es testigo de cómo los sueños del progreso se convertían en realidades tangibles. A través de sus imágenes, vemos a la plaza principal convertirse en parque republicano; el taller artesanal se transforma en taller industrial y el artesano en obrero; el tranvía de mulas -o de sangre- debe abrir paso al automóvil de don Carlos Coriolano Amador; el farol de aceite es reemplazado por la lámpara de arco voltaico. Los sacos de café llegan en recuas de mula a la trilladora, pero se exportan en ferrocarril y luego se embarcan para el mundo en grandes vapores que los esperan en Puerto Berrío. No existe un documento que exprese con mayor precisión ese tránsito de lo rural a lo urbano, de la aldea en ciudad, de una sociedad agraria y minera a una industrial.
Luis Melitón Rodríguez Márquez se mantuvo activo como fotógrafo hasta 1938. Murió el 29 de febrero de 1942. Sus hijos Alberto, Enrique y Gabriel continuaron con el estudio hasta 1995, año en que la Biblioteca Pública Piloto de Medellín adquirió a la familia el archivo para incorporarlo al Centro de Memoria Visual de Medellín.
- LUIS MELITON RODRIGUEZ MARQUEZ:
Fotografo antioqueño (Medellin, 1875-1942). Hijo de Meliton Rodriguez Roldan, tallador de marmol y lapidas, en 1885 tomo lecciones de dibujo y pintura en el taller del pintor Francisco Antonio Cano (1865-1935),con quien tuvo una gran amistad. A los diecisiete años, en 1892, Meliton Rodriguez comenzo a trabajar la fotografia en compañia de suahermano Horacio Marino y de un socio de apellido Jaramillo. "Rodriguez y Jaramillo" fue inicialmente un taller familiar de fotografia y pintura: Horacio Marino era el fotografo, Meliton y su hermana Rafaela retocaban negativos y Ernesto Martinez trabajaba de ayudante. Se presume que los dos hermanos aprendieron la tecnica fotografica con su tio Ricardo Rodriguez Roldan, de quien se dice que fue ayudante de fotografÃa en Paris en la dacada de 1860.
La Fotografia Rodriguez se establecio de manera independiente en 1897. Horacio Marino se dedico a la arquitectura y el estudio quedo a cargo de Meliton, quien trabajo en el hasta 1938, cuando se retiro. El establecimiento se mantiene aun activo, gracias a los descendientes del fotografo, que conservan un organizado archivo de mas de 80 000 negativos. Meliton Rodriguez participo en distintas exposiciones artisticas durante su carrera y obtuvo varios premios, entre los quese destaca el que gano en Nueva York en 1895 por su foto Los zapateros. A lo largo de su vida llevo un diario personal y de trabajo donde registro ensayos con distintos procedimientos y analiza y juzga su labor minuciosamente. Presto atencion tanto a los aspectos esteticos, tales como la iluminacion y la composicion, como a la experimentacion con productos quimicos y tecnicas novedosas para su epoca. Incluso fabrico algunos instrumentos, entre ellos una ampliadora de formato grande, unica en su genero. Puede decirse que la mayor parte de la sociedad de Medellin de las primeras cuatro decadas del siglo xx paso por el estudio de Rodriguez. Matrimonios, efemerides personales o familiares quedaron registradas en su archivo. Realizo tambien fotografias artisticas, donde la evocacion y la alegorÃia se hacen presentes. Viajo por diversos pueblos de Antioquia y capto escenas de los municipios y vistas panoramicas, que hoy constituyen, junto con las demas piezas de su vasta obra, documentos esenciales de la historia de Antioquia y, en particular, de Medellin y sus gentes.
Melitón Rodríguez (1875 - 1942) fue un fotógrafo colombiano de la ciudad de Medellín cuyo nombre está asociado al desarrollo de la fotografía en Colombia entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX y que dejó un valioso material gráfico de importancia cultural, social e histórica. Las obras de Rodríguez son auténticas composiciones artísticas y se preocupó por retratar la cotidianidad de todos los estratos sociales de Medellín y Antioquia. Con su hermano Horacio Marino Rodríguez creó una compañía de fotografía a la que llamó "Rodríguez y hermanos" que en 1899 pasaría a llamarse "Melitón Rodríguez e Hijos". Melitón era hijo de Melitón Rodríguez Roldán y entre sus primeros maestros en dibujo y pintura figura el artista Francisco Antonio Cano
FOTOGRAFIA RODRÍGUEZ (1889-1995)
En 1889 el pintor Francisco A. Cano y Horacio Marino Rodríguez crearon una sociedad fotográfica bajo la firma de "Cano y Rodríguez". Al año siguiente, Horacio Marino Rodríguez ofrecía sus servicios como fotógrafo y dibujante. En 1891 se asoció con Alberto Jaramillo y fundó "Rodríguez y Jaramillo" con sede en la carrera Palacé cerca de la iglesia La Candelaria. En 1896, Rafael Mesa, quien venía trabajando como fotógrafo desde 1890, hizo sociedad con Francisco A. Cano y Horacio Marino Rodríguez para elaborar los primeros fotograbados en Antioquia. En 1897 Horacio Marino publicó un pequeño libro titulado "Diez y ocho lecciones de fotografía", primer libro de su género editado en Colombia.
En 1897 se creó "Fotografía de Rodríguez y hermanos" con la participación de Horacio Marino, Luis Melitón y Rafaela. En 1899 la fotografía figura como "Melitón Rodríguez e hijos" hasta 1938, la cual siguió funcionando con sus hijos Alberto, Enrique y Gabriel y demás descendientes hasta 1995 en manos de su nieto Henry Rodríguez.
Desde su creación en 1889 hasta 1900, encontramos fotografías de gran calidad tanto en composición como iluminación, y entre ellas mencionamos Los bueyes en Palacé, fotografía urbana con sentido social; Los zapateros, una fotografía costumbrista premiada en Nueva York en 1895; El ángel de la esperanza con una excelente doble exposición sobre el mismo negativo, retratos de personajes de la época decorados con telones de fondo y matrimonios elegantes con poses que rompen la monotonía de la verticalidad o los caballeros y grupos de amigos sentados en poses inusuales.
Hacia 1897, Horacio Marino comenzó a dedicarse a otras actividades como la arquitectura y dejó la fotografía, quedando su hermano Melitón encargado del negocio. Melitón Rodríguez anduvo con su cámara fotográfica detrás de los grandes acontecimientos que condujeron a Medellín y Antioquia por el camino del progreso, a la vez que captó la cotidianidad y el estilo de vida de las gente de la Villa del Aburrá.
Melitón Rodríguez, además de sus trabajos personales, incursionó en la publicidad, hecho que se constituye prácticamente en los orígenes mismos de esta materia en Antioquia. A principios del siglo realizó un contrato con cigarrillos Hidalgos, Cóndor y Victoria para producir mil copias fotográficas diarias, las cuales venían dentro de las cajetillas de cigarrillos para coleccionar.
Su dedicación lo llevó a participar en el Certamen Industrial de 1904 organizado por la Sociedad de San Vicente y el Centro Artístico de Medellín, obteniendo el primer premio en fotografía; el segundo puesto fue para Rafael Mesa. En 1910 en la Exposición Nacional de Medellín, su obra Cuadro en vivo o cosecha de rosas, es declarada fuera de concurso. En 1922, con motivo de la inauguración del edificio Olano, se realizó un concurso fotográfico sobre la mejor fotografía del edificio, obteniendo un segundo puesto después de Manuel A. Lalinde. Al año siguiente con la fotografía El Vencido obtuvo el primer premio en la Exposición Industrial Agrícola y Pecuaria de Antioquia.
Durante esta etapa de su vida, registrólos avances de obras tan importantes como la construcción de los ferrocarriles de Amagá y Antioquia, las reformas del Parque de Berrío, la construcción de la iglesia Metropolitana, las elegantes quintas de la Quebrada Arriba, las calles y avenidas principales de Medellín, sus iglesias y las casas de recreo de los ricos en el sector del Poblado.
A través de su lente fotográfica captó la vida artística de la ciudad, con la aparición de músicos como el maestro Pedro Morales Pino y su grupo Lira Colombiana, Pelón Santamarta, conjuntos como la Lira Antioqueña, la Lira Unión, Rondalla y la Pasos. Llegaron compañías de operetas y teatro, como la de Esperanza Aguilar, de la cual hacía parte como tiple la conocida Marina Ughetti, quien se radicó en Medellín. El Café La Bastilla de Junín con la Playa fue sede de tertulias para intelectuales como Tomás Carrasquilla, Ciro Mendía, Efe Gómez, Otto de Greiff, León de Greiff y Ricardo Rendón entre otros.
Era una ciudad de aproximadamente 85.000 habitantes, no había acueducto ni alcantarillado, aunque hubo un impulso progresista con la iniciación del servicio telefónico a principios del siglo, la creación y organización de los correos urbanos, la fundación del Instituto de Bellas Artes y la rectificación del río Medellín. El comercio proliferó con farmacias como la Droguería Antioqueña, la Botica Junín y los Isazas, grandes almacenes de Juan y Pablo Lalinde, Macario Restrepo, la creación del Banco Alemán Antioqueño.
A partir de la década del 20 Melitón se dedicó a realizar retratos de los personajes importantes de la época y es así como encontramos a Luis López de Mesa, José María Villa, la Madre Laura, Francisco Javier Cisneros, y Pedro Nel Gómez entre otros. Pero no todo lo que captó en esta época fueron retratos, también figuran lugares de la ciudad que fueron evolucionando como el Parque de Berrío, y viajó a otros municipios de Antioquia como Santafé, Jericó, Remedios, Rionegro, Marinilla, El Retiro, El Peñol, Santuario, Santo Domingo, Envigado, y registró los puentes de Occidente y Puente Iglesias.
A partir de 1942, luego de la muerte de Melitón Rodríguez, Foto Rodríguez siguió en manos de sus herederos, quienes se dedicaron más a la fotografía de estudio y retratos familiares, sin ese ímpetu fotográfico de salir a la calle a fotografiar los cambios que se daban en la ciudad. De ahí que el estilo cambió sustancialmente, se perdió lo artístico y solo se trabajó una fotografía comercial como la hacían los demás estudios de Medellín. Del material fotográfico de esta época se ha perdido gran cantidad, porque fue material en acetatos que se ha deteriorado a través del tiempo. En 1995 este archivo fue adquirido por la Biblioteca Pública de Medellín, que ha venido liderando la conservación y recuperación de los archivos fotográficos de Antioquia y del país.
- Luis Melitón Rodríguez Marquez:
Melitón Rodríguez fue un fotógrafo colombiano (nacido en Medellín, Colombia, en 1875 y fallecido en 1942) cuyo nombre está asociado al desarrollo de la fotografía en Colombia entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX y que dejó un valioso material gráfico de importancia cultural, social e histórica. Sus obras son auténticas composiciones artísticas y se preocupó por retratar la cotidianidad de todos los estratos sociales de Medellín y Antioquia.
Biografía
Luis Melitón Rodríguez Márquez, hijo de Melitón Rodríguez Roldán, tallador de mármol y lápidas, en 1885 tomó lecciones de dibujo y pintura en el taller del pintor Francisco Antonio Cano, con quien tuvo una gran amistad.
A los diecisiete años, en 1892, comenzó a trabajar la fotografía en compañía de su hermano Horacio Marino. "Rodríguez y Jaramillo" fue inicialmente un taller familiar de fotografía y pintura: Horacio Marino era el fotógrafo, Melitón y su hermana Rafaela retocaban negativos, y Ernesto Martínez trabajaba de ayudante.
Se presume que los dos hermanos aprendieron la técnica fotográfica con su tío Ricardo Rodríguez Roldán, de quien se dice que fue ayudante de fotografía en París en la década de 1860.
La Fotografía Rodríguez se estableció de manera independiente en 1897. Horacio Marino se dedicó a la arquitectura y el estudio quedó a cargo de Melitón, que asumió toda la responsabilidad de la empresa fotográfica con 22 años. Desde los 14 había estado vinculado al estudio y conocía todos los secretos del oficio, adquiridos por las enseñanzas de su hermano y por la práctica cotidiana del oficio. Trabajó en él hasta 1938, cuando se retiró.
Melitón Rodríguez participó en distintas exposiciones artísticas durante su carrera y obtuvo varios premios, entre los que se destaca el que ganó en Nueva York en 1895 por su foto Los zapateros. A lo largo de su vida llevó un diario personal y de trabajo donde registró ensayos con distintos procedimientos y analizó y juzgó su labor minuciosamente.
Además de sus trabajos personales, fue un precursor en la fotografía publicitaria: a principios del siglo realizó un contrato con cigarrillos Hidalgos, Cóndor y Victoria para producir mil copias fotográficas diarias, las cuales venían dentro de las cajetillas de cigarrillos para coleccionar.
Prestó atención tanto a los aspectos estéticos, tales como la iluminación y la composición, como a la experimentación con productos químicos y técnicas novedosas para su época. Incluso fabricó algunos instrumentos, entre ellos una ampliadora de formato grande, única en su género.
Puede decirse que la mayor parte de la sociedad de Medellín de las primeras cuatro décadas del siglo xx pasó por el estudio de Rodríguez. Matrimonios, efemérides personales o familiares quedaron registradas en su archivo.
Realizó también fotografías artísticas, donde la evocación y la alegoría se hacen presentes. Viajó por diversos pueblos de Antioquia y captó escenas de los municipios y vistas panorámicas, que hoy constituyen, junto con las demás piezas de su vasta obra, documentos esenciales de la historia de Antioquia y, en particular, de Medellín y sus gentes.
Fotografía Rodríguez se mantiene aún activa, aunque el estilo cambió sustancialmente, se perdió lo artístico y solo se trabajó una fotografía comercial como la hacían los demás estudios de Medellín, gracias a los descendientes del fotógrafo, que conservaron su organizado archivo de más de 80 000 negativos (aunque se han perdido gran cantidad del material en acetatos que se ha deteriorado a través del tiempo) hasta 1995 en que este archivo fue adquirido por la Biblioteca Pública de Medellín.
- Luis Melitón Rodríguez Márquez:
Intelectual. Artista Plástico. Comerciante.
Nació en Medellín, en 1875. Fallecido en 1942, en Medellín. Hijo de Melitón Rodríguez Roldán y de María Mercedes Luisa Márquez Cano. Más conocido como Melitón Rodríguez. Fue un reconocido fotógrafo. En 1885 tomó lecciones de dibujo y pintura en el taller del pintor
Francisco Antonio Cano, con quien además tuvo una gran amistad. A los diecisiete años comenzó a trabajar la fotografía en compañía de su hermano Horacio Marino y de un socio de apellido Jaramillo; Melitón y su hermana Rafaela retocaban negativos. "Rodríguez y Jaramillo"
fue, inicialmente, un taller familiar de fotografía y pintura. Con la foto Los Zapateros, obtuvo en Nueva York, en 1895, un premio. Suele afirmarse que la mayor parte de la élite de Medellín de la primera parte del siglo XX pasó por el estudio de Rodríguez para ser retratados. Matrimonios, efemérides personales o familiares quedaron registradas en su archivo. Realizó también fotografías artísticas, donde la evocación y la alegoría se hacen presentes. En el año de 1899 obtuvo en Medellín un premio en pintura. En la revista El Montañés aparecieron algunos dibujos realizados por él en su juventud. Dejó uno de los más grandes archivos fotográficos de la región,
aproximadamente de 80.000 negativos, con una completa historia de Antioquia, hoy en día, en poder de la Biblioteca Pública Piloto de Medellín. Esposo de Carmen González Tobón
- Libro 73 Folio 118v sep 11/1875, La Candelaria
Luis Melitón, hijo legítimo de los señores Melitón Rodríguez, y de Mercedes Márquez. Abuelos paternos: los señores Cipriano Rodríguez y Rafaela Roldán. Abuelos maternos: los señores Tomás Márquez y María Antonia Cano. En la iglesia viceparroquial de San José de Medellín. Nació el 30 de agosto
|