| Notas |
- YA SON 30 AÑOS:
25 years without Eduardo
25 years have passed since Farc kidnapped Eduardo Ospina Rodríguez, and his family prefers to remember him with happiness to alleviate some of the grief caused by his absence and their resignation, because they believe he?s dead.
The young agronomist was taken on September 1st of 1983 in Currulao, and is perhaps the most ancient kidnapping victim in the country. The infamy of kidnapping is reflected in Eduardo's story; even after pressuring the family for ransom and threatening to kill Eduardo if they failed to pay, the guerrilla group actually received a large sum, but never released the victim. Later they denied even having him and never communicated again.
For this family who has been personally touched by this tragic circumstance, today's march for freedom will be the opportunity to support the country's wish for the freedom of thousands of kidnapped victims, so that they may soon return home safely, and not share the fate of their loved one, kidnapped and missing for a quarter of a century.
Esta entrada fue publicada el Jueves, noviembre 27th, 2008 at 5:39 pm y se archiva en Colombia.
Peace and Human Rights.
- De Juan Carlos Monroy G.- Medellín |Publicado el 28 de noviembre de 2008
El secuestro sin fin de Eduardo
EN SEPTIEMBRE DE 1983, las Farc secuestraron a un joven agrónomo paisa. Su familia marcha hoy en su memoria y contra este flagelo.
Han pasado 25 años desde el secuestro de Eduardo Ospina Rodríguez por las Farc y su familia prefiere recordarlo con alegría para mitigar el dolor de su ausencia y la resignación que los embarga desde hace años.
El joven agrónomo, plagiado en septiembre de 1983 en una finca de Currulao, (Turbo) es tal vez el secuestrado más antiguo en el país.
Para la familia Ospina Rodríguez, la marcha de hoy será la oportunidad de sumarse a ese creciente reclamo nacional por la libertad para miles de secuestrados y el pronto regreso a sus hogares.
Para Verónica Ospina, hermana de Eduardo, "estas movilizaciones nos han tocado y, por eso, hoy de nuevo vamos a marchar para reclamar la libertad de todos los secuestrados y condenar este crimen. El secuestro tiene un efecto devastador en las familias y las vidas de las personas".
La historia de Eduardo Ospina refleja la infamia del secuestro y la crueldad de los secuestradores, lo que este viernes el país entero condenará cuando llene las calles con gritos y mensajes de libertad, testimonios de dolor y llamados de reconciliación.
Una ausencia que no termina
La pesadilla que nunca terminó empezó la madrugada del primero de septiembre de 1983, cuando guerrilleros del quinto frente de las Farc irrumpieron en la finca La Suerte, en Currulao. Tras despertar al joven agrónomo , entonces de 24 años, lo obligaron a irse con ellos al monte. Fue la última vez que lo vieron.
Testigos del plagio reconocieron entre los secuestradores a José Esaú Durango, alias "Ramiro", uno de los comandantes del frente guerrillero en Urabá.
Desde ese momento, su familia comenzó una lucha sin descanso para lograr su libertad. Al poco tiempo las Farc se comunicaron para exigir un millonario rescate.
No bastó la angustia propia del secuestro, sino que las Farc torturaron a la familia con sus amenazas. "Decían que sino pagábamos lo que pedían, nos iban a mandar una oreja de Eduardo", recuerdan sus familiares.
Después de negociar un rescate, el padre de Eduardo pagó una cuantiosa suma. Cuando la familia esperaba ver libre al joven agrónomo, la guerrilla solo se comunicó para decir que ese dinero solo era un adelanto de lo que exigían para liberarlo. En los mensajes a la familia, las Farc se referían a su víctima como "mercancía".
En las escasas cartas enviadas como prueba de supervivencia, Eduardo se mostraba desolado por el cautiverio y pesimista por la irracionalidad de sus captores.
Así lo expresa en una carta enviada a los siete meses de su secuestro: "Todavía sigo sin saber de ustedes. Estos señores ni siquiera creen en el problema de mi espalda o en la historia d mi papá en Urabá (...) yo no le veo solución a este purgatorio. Estoy bien, pero tocando fondo. Hasta nunca... Eduardo. 219 días secuestrado".
Luego del incumplimiento del grupo, la familia intentó negociar, pero las Farc no volvieron a comunicarse. Ante la insistencia de los medios y una Comisión de Paz del Gobierno que entonces tenía acercamientos con el grupo subversivo, las Farc se inventaron una historia para evadir su responsabilidad.
"Salieron con el cuento que no tenían a Eduardo, que lo tenían unos disidentes que se habían robado la plata del rescate. Incluso 'Tirofijo' salió a decir que las Farc no secuestraban", contó Verónica, hermana de Ospina.
De nada valieron las solicitudes al grupo del presidente Belisario Betancur, ni el llamado de gremios y la Iglesia en favor de la liberación. Nunca se volvió a saber del agrónomo antioqueño.
La familia perdió a uno de sus miembros más entusiastas, alegres y emprendedores. La sociedad a un profesional a punto de casarse y conformar un hogar.
Don Ignacio y Alicia, los padres de Eduardo, quienes tanto sufrieron y lucharon, murieron sin ver libre a su hijo.
- EN SEPTIEMBRE DE 1983, las Farc secuestraron a un joven agrónomo paisa. Su familia marcha hoy en su memoria y contra este flagelo.
Hasta Hoy sigue secuestrado.
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Alicia Rodriguez Lopez, n. 17 Ago 1923, Medellin, Antioquia, Colombia 
